Comienzo este pequeño rincón para compartir mi experiencia como cooperante voluntaria en Mali, dejando también un espacio abierto para tí y lo que se nos vaya ocurriendo entre las personas que por aquí pasemos.

jueves, 25 de octubre de 2012

Aires del Atlántico

Et Voilá! Estamos de nuevo a las puertas de la Gran fiesta del Tabaski. El pasado año estuvimos cenando en familia en la Cassamance (Senegal) y este año Gael me comentaba que cenarían en casa de un amigo maliense y tenía que dejar el chat para salir a comprar un cordero. De repente tengo esa nostalgia por Mali que imagino también normal. Me siguen doliendo esas noticias invisibles, esa noticias generalizadas de un África diversa que nos empeñamos en resumir sin atender a su enorme diversidad. Y tampoco salen las ganas y las fuerzas que muchas personas están poniendo para que la situación mejore desde una base más justa y desde dentro. Pero esto no saldrá nunca porque aquí arriba conviene esta mirada paternalista y para perpetuarla necesitamos un niñito a quien enseñarle cómo caminar.

A mí ya nada me asombra -decía Fakoly-se han repartido el mundo y después tienen la jeta de celebrar debates sobre cómo gestionarlo. Justo antes de anoche Michael y yo mirábamos con asombro y quizás algo de mofa el encuentro entre Obama y Rommey y no dábamos crédito a tanta farsa. Quizás en el siguiente debate discutan cómo salvar a las miles de familias que han huido de sus casas en Mali.

A propósito de esta falta de asombro por hechos ya consumados y aceptados con total normalidad un grupo de estudiantes de un instituto de Gran Canaria y jovenes mauritanos han grabado un vídeo precioso que enlazo por aquí (gracias super Oti).


En Mauritania hoy están también de fiesta, así como en los campamentos del Sáhara donde están María y David.
Cualquier excusa es buena para celebrar la vida, los alemanes por ejemplo, han estado bebiendo cerveza y comiendo salchichas sin parar durante diez días en Adeje y he tenido la suerte de participar en esa celebración desde las gradas.
Una vez más, las representaciones folklóricas son diversas en forma pero la esencia es muy parecida.

¿Qué estarán haciendo ahora en Japón?