El caso es que alguna neurona de mi memoria más emocional ha conectado con mi corazón, e incluso con mis vísceras, y hasta casi me ha levantado de la silla con ganas de hacer la estrellita; como me enseñaran Yurena y Judith.
Tengo la suerte de tener a Vertebro Teatro haciendo conexiones de Skype, mientras preparo un café, para después disfrutarlo al ritmo del despegue de una gacela en mi azotea.
A mi padre le preocupa que yo ande de acá para allá, una tarde en un Madrid con un frío con tintes de invierno. Y yo me pregunto por qué mis mejores amigas no trabajan en una oficina de 8 a 15h, mientras la pequeña Wendy, maldice el día que decidió ocuparse de ir a recoger la mesa de luces que viajará a Lanzarote con #nuncajamás.
Belén, Nazario, Jorge o Masu Fajardo abriéndose en canal e invitándome a presenciar el ensayo de una nueva pieza. Paseos por Playa Honda subida al barco del mejor Garfio, viajando como una niña perdida por una América Latina aún por conocer: Comenzaré en Venezuela, para terminar en Bolivia, pasando por Brasil, Argentina o Chile.
¿Cuál es la línea que separa la ilusión de la a veces cruda realidad? Nadie mejor que Cross Border Project para inducirme a reflexionar acerca de ello...
...Pero lo cierto es que todo esto no estaría pasando por mí, si algún día no hubiese reparado en tí.
Masu Fajardo en un ensayo hablándonos con su potente expresión corporal