En estos días emocionalmente convulsos en los que una intenta recolocar las sorpresas y aventuras que le tiene la vida preparada, en estos días en los que encender la televisión, la radio o leer la prensa, implica recoger la cosecha de un pánico sembrado entre la población blanca de este mal llamado Primer Mundo, en estos días en los que , quizás alentados por esta ola de miedo creciente que nos supone el virus del ébola; la clase política dominante europea ha decidido seguir con su particular caza de brujas y saca a la luz un documento que da carta blanca a la detención, interrogación o intimidación de cualquier persona migrante (véase Mos Maiorum en San google) . Y el RIP por un perro llamado Excalibur es trending-topic en twiter mientras esperamos ansiosos la dimisión de una ministra a la que le falta humildad.
Justo en estos días caer rendida a los pies de #RogelioBotanz y sus músicos es todo un regalo. Su voz, denunciante y dulce suena acompañada de elementos que nos llevan a nuestra esencia más primitiva: agua, piedras, piel de cabra,...
¿Podría acabar el día mejor que con la piel erizada al escuchar el silbo gomero?... Y la vida me vuelve a sorprender:¡Sí!
Entonces llegan @Feloche (mandolina y voz principal) y su magnifica banda: un contrabajo, un acordeón y una mujer orquesta con voz lírica capaz de dar un recital y poner al público entero en pie.
Y siento que me eclipso, que la emoción que estoy sintiéndo ya la sentí la primera vez que escuché en directo a Arístides y tuve el impulso de seguirlo por donde fuera con mi furgoneta. En este pensamiento estaba inmersa cuando la mirada de Feloche me sonrió y comenzó a entonar A la légère.
Feloche-La vie cajun
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