Comienzo este pequeño rincón para compartir mi experiencia como cooperante voluntaria en Mali, dejando también un espacio abierto para tí y lo que se nos vaya ocurriendo entre las personas que por aquí pasemos.

martes, 27 de septiembre de 2011

Cotidianeidades bamakensas

Una de las cosas que más me gusta de vivir aquí es mi vida vecinal. Que me gusta a mí novelear, y eso no lo cambio así viaje 3000 km más al norte.
Vivo en un patio de vecinos donde,a excepción de dos familias con niñ@s  , el resto son jóvenes que viven solos o que se acaban de casar.
Mi casa es un bajo, tengo la sospecha de que en realidad es un local comercial pero Paco y yo hemos sabido sacarle provecho y con la incorporación de la hornilla y la bombona de gas en el salón parece hasta que tenemos cocina americana (fuimos muy ilusos pensando que la cocina duraría intacta en el patio más de un mes).
En el otro bajo vive la familia compuesta por Oumu Traoré y sus hijos Amadou y Didi. Hasta que empiece el cole algunas de sus sobrinas han venido a pasar algunas semanas con ella.Y a veces va a visitarla su marido que es un hombre mayor que a mí particularmente no me cae nada bien, sobre todo porque me ha pedido matrimonio sin conocerme de nada (el tema poligamia ya ni me asombra).Yo le he dicho que para mí iba a ser difícil estar en una relación de tanta desigualdad, y no precisamente por la diferencia de edad sino por cómo lo íbamos a hacer con las cosas de casa y con los hij@s, entonces él muy seguro de sí mismo me dice que no me preocupe por eso, que él paga a una "bono"para que yo no tenga que hacer nada. Le he dicho que sigue sin convencerme, así que me ha preguntado si no tengo una amiga disponible. Lanzo la propuesta en el blog por si hay alguien que quiera echar por tierra tantos años de lucha por la igualdad que sepa que en Mali un hombre prefiere pagar a una mujer antes que ponerse a lavar un plato o decidir conjuntamente a qué cole enviará a sus hij@s.

A Paco y a mí nos miran con extrañeza. Nos hemos inventado el cuento de que somos marido y mujer y con eso le damos también un poco de vidilla al asunto.Pero claro, no les cuadra que no tengamos hij@s aún o que no sólo no tengamos una chica que nos limpie y nos cocine sino que además sea la mayoría de las veces Paco quien barra el porche o lave sus pantalones. Esto les descoloca mucho y en más de una ocasión mi vecina me dice que ella no puede educar a su hijo" como una chica" porque se reirían de él

Anoche entramos a casa y vimos que el hasta ahora cuarto del guardián ha sido alquilado para un almacen de carne.No dábamos crédito a las hazañas crueles de nuestro casero con tal de conseguir dinero. En tres meses ha despedido a dos guardianes y al tercero lo puso a dormir en las escaleras para ¿meter trozos de vaca con moscas en su lugar? A veces creo que vivo en la serie ésta de los vecin@s loc@s que ve mi madre por la tele.
El nuevo inquilino, dueño de una carnicería, se ha presentado amablemente y nos ha dejado caer que su jornada laboral de despiece carnal comienza a las 5.30 de la mañana.La cara de pardillos que se nos ha quedado es indescriptible y como muchas veces el idioma nos limita, Paco ha decidido entrar a echarse un cigarro y yo he ido a conocer la opinión de Oumu y a ver qué tal había pasado su día.


Se me ha ocurrido poner un cartel a modo de "se ruega respeten las horas de sueño de la comunidad al menos hasta las 7.30 de la mañana. Gracias por la comprensión" en francés y bambara. Y ya que estoy voy a poner otro en la puerta de entrada pidiendo a quien salga de noche que hable antes con el guardián para recordarle que esté atento porque casi todas las noches sino soy yo la que he salido es algún vecino o vecina que golpea insistentemente hasta que yo me levanto y abro.

Si esto no funciona, la otra opción que se me ocurre es decirle al propietario que me contrate a mí como guardiana.30 euros al mes, duermo en la escalera, la comida corre de mi cuenta y se me está prohibido recibir visitas (motivo por el cual echaron al anterior, Mamadou). Ademas no tengo ni agua ni luz. No está tan mal, no?

Vista del patio de mi casa que también cuando llueve se moja como todos los  demás. 

Mis vecinos Lasie y  Amadou que aún no saben hablar pero saben colocar perfectamente los labios para pedirme una golosina.
A Fatim también  le encantan los globos que habéis mandado desde España. 

Mientras transcurre la vida vecinal yo salgo al patio a leer o a sacar agua del pozo para fregar la loza y Amadou, Fatim o Sania encantadisimos de que alguien juegue con ellos (y yo encantadisima de tenerlos en casa a cada rato y reinventar la coreografía del Waka Waka).

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