Comienzo este pequeño rincón para compartir mi experiencia como cooperante voluntaria en Mali, dejando también un espacio abierto para tí y lo que se nos vaya ocurriendo entre las personas que por aquí pasemos.

martes, 25 de octubre de 2011

De domingueros por Bamako

Esta noche me cuesta dormirme así que aprovecho para buscar cuentos malienses por la red para mi proyecto de sensibilización o maneras de poder contar un cuento entre much@s, a distintas voces y que pueda ser también una actividad para varias edades...ay ay ay...La de ideas bonitas que hay pro aquí.
Un día más me se me va el tiempo delante del ordenador enviando trabajo de equipo así que duermo en Badala otra vez.

Hoy ha sido un día distinto y es que hemos ido de excursión lo suficientemente lejos de Bamako como para respirar pero no demasiado por motivos de seguridad (hoy han secuestrado a dos cooperantes en los campamentos  y se ha vuelto a desatar el pánico).
Ha sido diferente no sólo por el hecho de cambiar el contexto, que falta me hacía para mirar desde otro enfoque esta ciudad; sino también por la compañía.
Es la primera vez desde que llegué que he compartido con otr@s españoles alguna actividad. Reconozco que el momento "chupi pandi expatriad@s" me incomoda bastante, no sé si porque no me hace falta relacionarme con ell@s o si es porque me parece un poco gueto. Sea lo que fuere no había acudido a la primera cita masiva de españoles y quizás por eso tampoco me avisaron para las siguientes dándome esta situación total libertad para elegir mis compañías sin comprimiso alguno.

Y ese día ha sido hoy. Javi me habló de Cristina y su aficción a la bici camino Guinea Conakry y se nos ocurrió proponerle echar el domingo de campito. Con Cristina venía Nera, una perrita lindisima y juguetona y también venían la recién llegada a la OTC Ana y Ariadna, que ya mismo se vuelve.

Estuvimos en unas casacadas preciosas, nada que envidiarle a las de Siby, y fue muy grato conocer a gente que aún se mueve de manera individual por aquí y que tiene interés por la cultura local. Ha sido también emocionante saber que no soy la única que se movería en bici por Bamako.

Al regresar es cuando me quedé en la ofi trabajando y hablando por teléfono y como se me hizo tarde y aquí no hay comida decidía salir a la Amandine.
Este sitio merece una entrada aparte por lo peculiar, pero no hoy.

Hoy me planteo otras cosas, querría un abracito grande grande. Me estoy dando cuenta de lo mucho que echo en falta el contacto físico, un arrumaco, un beso sonoro en los mofletes, una cogida de manos...Es curioso pero en Mali no se expresan los afectos como en España. Las relaciones, las emociones y su expresión, ¿no eran tan universales?

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