Comienzo este pequeño rincón para compartir mi experiencia como cooperante voluntaria en Mali, dejando también un espacio abierto para tí y lo que se nos vaya ocurriendo entre las personas que por aquí pasemos.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Otra vez NO A LA GUERRA

En estos tiempos difíciles para much@s , de alegrías personales, y de incertidumbres paralelas,  me despierta un mensaje de mi querida amiga cuasi invisible Ani Barrios,  felicitándome por mi nuevo estado civil (suena más feo de lo que es) no sin antes recordarme que volvemos a gritar NO A LA GUERRA. En su línea, Ana en su imparable  lucha por dar voz a los que, aún gritando fuerte, no son escuchados;  me hizo pensar en un par de vecinos míos que deambulan por las calles del barrio alcoholizados porque están solos y no tienen donde pasar las noches o quizás solos porque están alcoholizados.

Enlazo este pensamiento con una conversación mantenida hoy con Amineh, mientras tomábamos ese café que nos llevaba esperando un año. Las migraciones, el movimiento incesante de gente por el mundo desde hace años, y cómo una está más ligada de lo que pensaba a su país de origen o más bien a lo que culturalmente ha mamado. Cómo nos comportamos los humanos, en general, estando fuera de nuestro territorio, cómo muchísima gente , concluimos que más de la que imaginamos, vive durante años en condiciones infrahumanas a ojos de un español,¿ para qué?¿ Con qué fin? ¿Por tener trabajo?¿ Para honrar a tu familia? ¿Para pagar el alquiler del cuchitril donde vives?Y me viene a la memoria la madre de Felipe, de nacionalidad colombiana y maestra de profesión, que dejó atrás su país y su puesto como directora de un colegio para trabajar como interna en una casa en Madrid. Y me acuerdo ahora del caso de una chica de Bolivia, interna ésta en una casa de Santa Cruz de Tenerife, a la que acaban de operar y han despedido antes de poder incorporarse.
Y me pregunto que en qué estamos fallando como sociedad...

Cierro con unas palabras de Pessoa que ilustran que solo el cambio es constante y que hay que estar preparada para lo que venga (y que lo que hagamos con lo que se nos presente delante,  condicionará nuestro camino):

De todo quedaron tres cosas:
La certeza de que estaba siempre comenzando,
la certeza de que había que seguir,
la certeza de que sería interrumpido antes de terminar, y hacer de la interrupción un camino nuevo.
Hacer de la caída un paso de danza. Del miedo, una escalera.
Hacer del sueño un puente. De la búsqueda un encuentro.




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