Comienzo este pequeño rincón para compartir mi experiencia como cooperante voluntaria en Mali, dejando también un espacio abierto para tí y lo que se nos vaya ocurriendo entre las personas que por aquí pasemos.

lunes, 17 de octubre de 2011

Momentos sabrosos del día

Hoy me he levantado especialmente cargada de energía, no eufórica  pero ya sin la tontería que se me queda en el cuerpo los primeros días de la regla (que después de tantos años ya me podría aprender yo que hay un par de días ahí en el que el mundo es catastrófico, yo me siento torpe, la radio canta las canciones más tristres y melancólicas y me descubro tres espinillas más).
A pesar de no ser el día de la tecnología pra mí( mi movil super chino no hay quien lo cargue, la bateria era de mentirita, y mi pc está en la UCI, decidiendo a ver si me da un chance o se queda para siempre en el desguace bamakeño), he terminado una traducción de una prestación de servicio de la obra de tres perforaciones en el Noreste de Mali y ahora no solo siento que sé algo más de vocabulario francés sino que además se podría decir que casi experta ingeniera hidrogeóloga (sin ofender a aquellas personas que optaron por una ingeniería y perder más de ocho años de sus vidas estudiando).
Además Daouda, un compañero de trabajo que es la planificación con patitas ha contado conmigo para algo más que para prepararle un café y hemos revisado juntos el plan para los tres días siguientes.Mañana salimos de misión a Ouelessebougou, a Káfara y  hasta el jueves se harán talleres de salud sexual y reproductiva. Los  talleres son para el comité que está formado sobre todo por los jefes religiosos y los jefes de las aldeas(vamos que si ellos dicen tururú, no hay taller);así que esperemos que el plan de Douda vaya según lo previsto.

Como mañana viajamos temprano he decidido quedarme a dormir en la ofi y cuando acabé de trabajar me fuí a regalarme el masaje que me llevaba pidiendo a gritos mi cuerpo desde hacía ya tiempo.
En la consulta de Amadou, "mi médico de cabecera chino-maliense"coincidí con una mujer que tiene en el barrio una academia de masajes y estética así que como me pillaba cerca decidí ir allí pero justo hoy es el día de descanso y gracias a estos horarios he caminado un poco más buscando un centro del que me hablaron donde se hace yoga.
En la farmacia me han indicado donde está la casa de Anny, una señora francesa que lleva en Mali desde 1976 y que antes estuvo aprendiendo yoga en India. En mayo se animó a abrir una escuela, una sala cálida para estas prácticas, y poco a poco, me dice, van saliendo las cositas.
Justo esta tarde no hay yoga, hay meditación libre a las 21 h (en dos minutos...)pero sí que hay un cuartito acondicionado para masajes. El cuarto y la crema de karité con vainilla estaban ahí esperándome y ni lo dudé.
Ahora tengo el cuerpo relajado y la mente fresca pero más pausada (y la piel suavita y con olor a chuches)todo gracias a las manos sabias de una mujer dogón que me he mecido el cuerpo como lo hicera su madre con ella.

Pensaba ir a la meditación pero creo que llegar tarde y acelerada no es lo suyo así que me voy a poner un poco de esto  http://www.youtube.com/watch?v=OjUgmTuisnU  pa bailotear    y voy a mandarle mucha energía a David para que ese trabajo que busca le encuentre.




                       Las mujeres de la cooperativa de Káfara trabajando en su huerto.

Ayer ví una peli maliense que me encantó. Había leído que en Mali se hacen muy buenas películas pero la verdad que la única sala que hay solo proyecta americanadas de hace tres años. Coincidiendo con las jornadas franco-malienses proyectaron Finyé (Viento en bambara)y cuando salí a la calle sentía que estaba dentro de la película porque retrata de forma muy realista la realidad (la de hace 29 años pero se sigue pareciendo). El director es Souleyman Sissé y merece la pena ver lo que hace porque refleja un Mali que yo echaba en falta.

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