Comienzo este pequeño rincón para compartir mi experiencia como cooperante voluntaria en Mali, dejando también un espacio abierto para tí y lo que se nos vaya ocurriendo entre las personas que por aquí pasemos.

lunes, 19 de marzo de 2012

Africain a Paris

Después de un fin de semana a lo Into the wild muy similar en esencia a ese que pasamos la última vez en La Graciosa y también acompañada de gente que hace el viaje más interesante tengo tantas cosas que contar que no sé por dónde empezar.
El sábado por la mañana  hubo un momento de justicia popular en el patio de mi casa y cuando llegue de trabajar me encontré que no se hablaba de otra cosa sino de la captura del  ladrón que en los últimos meses se pasea por allí. Aunque la historia no es nada graciosa, si que lo fue el momento surrealista en el que Gael  me contaba como un hombre agarraba a otro del cuello echados sobre su ventana y como después se sucedió la escena Hotel Ruanda en la que nuestra vecina saco la catana para devolverle lo suyo al ladrón. Por suerte no hubo heridos, el ladrón olvido sus cholas en nuestro patio y ya hay algo de qué hablar durante una semana en Torokoro.



Fue después de esta escena cuando  iniciamos el viaje hacia la frontera con Guinea Conakry  un italiano, una canadiense, un portugués y yo sin mas compañía que un mapa de Orange a lo parque temático y los Cd de Amadou et Mariam y Ticen Jah Fakoly. Resalto lo de las nacionalidades porque ha sido curioso ver según el nivel de cansancio en qué idioma yo podía comunicarme.
Solo después de haber dormido y casi a la hora de volvernos nos dimos cuenta que no estábamos donde creíamos así que no podíamos regresar sin llegar. Este inciso nos condujo por un Mali verde; con otro encanto, donde ni de casualidad se habla el francés y conocimos al alcalde Diego (lo llaman así por su arte jugando al futbol cuando joven)que nos ayudo a pasar el rio con el coche. Y así, doni doni, cantando y hablando de castores, manzanas o nieve llegamos a la calurosa Bamako cerca de la media noche.





 (Esta soy yo lavando los platos con el sistema idoneo para sentarte un poquito y ponerte al dia de las cosas del barrio)

Esta mañana cuando fui al baño encontré a Aissata Bah, nuestra compi que limpia la ofi; tiritando de fiebre encima de la cama. El resto del día lo hemos pasado en el CESCOM –centro de salud de referencia- yendo de un lado a otro con la misma tiritera pero ahora sabiendo que se debía a una alta temperatura causada, cómo no, por el paludismo.
Es cierto que donde mejor te curan la malaria puede que sea aquí pero de ahí a que todo diagnostico sea malaria me da que pensar bastante porque Aissata tiene una especie de pulmonía –neumonía que se siente solo con escucharla respirar y no se yo si eso lo causa un mosquito. En fin, después de pagar 1000 cfas por que nos dieran cita, 2000 cfas por hacerle la prueba en el dedo (la justificación es que es un aparato privado, flipa) y cerca de 9000 cfas por una cantidad de suero y quinina desmesurada agujas incluidas mas 1000 cfas por cogerle la vía empiezo a sospechar que como la cosa siga así en España nos queda poco para ir a ingresarnos con nuestro propio colchón. Imaginaos; el total es más de un tercio de la mitad del sueldo de Aissata. La salud es un negocio aquí también.
Lo que más me ha impactado ha sido la poca sensibilidad del personal a la hora de pincharle. Ella lloraba y creo que la médica le ha pegado una cachetada a la vez que el resto de enfermos la criticaban por ser  una blandengue. El dolor es algo universal, yo no tengo ninguna duda de eso, y el hecho de que puedas mostrarlo en público o no es lo que nos diferencia. Es decir, cada cultura, reflexiono en voz alta, pone los límites a la expresión del dolor, tachando de débil a aquellas personas que no los respetan. Pensando en esto me ha entrado un pavor enorme. No quiero volver a ponerme enferma en Mali, solo de pensar que me vuelven a clavar una aguja tipo banderilla se me ponen los pelos de punta. Pero al mismo tiempo pienso que  si tengo que ir al hospital voy a ir sin más y no será entonces cuando recuerde las condiciones de insalubridad o el poco tacto del personal.
En fin, que viva el estado de bienestar y que viva mi padre que es el mejor del mundo.Feliz dia!

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